"Sensei Usui, después de tener la experiencia de satori en el sagrado Monte Kurama, recibió la gran revelación de utilizar la Energía espiritual del universo para beneficio de los seres y, más tarde, de toda la humanidad. Para él, la sanación y felicidad de las personas era el mayor propósito del sistema Usui Reiki Ryoho, así como la obtención gradual del Anshin Ritsumei, o absoluta paz interior. A nivel global, confío en que el propósito de esta Escuela, vigente desde hace ya once años y una de las pioneras de la difusión del Reiki en Sevilla, siga con su idealismo inicial, ahora, acaso, con una mayor madurez en el compromiso vocacional de difundir Reiki en el mundo"
Nyima Sangpo - Maestro instructor
Por Nyima Sangpo.
Cada día, asistimos como testigos indirectos a una turbulencia del mundo lleno de guerras, desastres naturales, atentados contra la dignidad humana... Pero somos, sin saberlo, enclaves esenciales para fomentar la paz espiritual, la sanación del alma, del cuerpo físico, de la mente. Estamos íntimamente relacionados con la colectividad porque somos, desde nuestro plano individual, el colectivo mismo. Día a día, nos esforzamos por trascender, por buscar la senda de la Iluminación.
Con cada propósito de sanación individual, con cada voluntad del pensamiento que se funde con la Energía Vital del universo, también proyectamos hacia el exterior una vibración de Luz. Esta onda se transmite a través de los planos sutiles en otra sintonización del espíritu. Se expande en una colectividad compuesta por los seres que poblamos este viejo mundo, origen y vértice de trascendencia. Todas y todos los que buscamos la plenitud absoluta del ser, ya somos en la eternidad o la matriz del universo, aquello que fuimos en el origen primero de todos los tiempos. Por ello, Reiki rebosa, entre otras grandes "virtudes cósmicas", de esta maravillosa belleza antes narrada: con cada tratamiento de sanación o Iniciación energética, también contribuimos a la sanación espiritual del mundo.
De igual modo, el Reiki nos ayuda a buscar la paz absoluta, a mejorar como seres humanos profundizando en los principios y valores más puros. Sin diferencia de creencias, ideologías o religiones. El Reiki ya no es solamente una forma de vida, de constante superación personal, sino un fomento milagroso de la unidad de los seres, de su igualdad y amor universal. ¿Hay mayor muestra de amor que depositar en nuestros semejantes la voluntad de verlos sanar espiritual y físicamente, de aportarles la luz del universo como canales de amor? En esos momentos es tan inmenso y sutil el aporte de energía, que creamos un vínculo no solamente con la vida, sino con la Fuerza espiritual de la energía divina a través del reflejo en el interior de estas personas. La Unidad.
Reiki es una fuente eterna de vida, de unión con el cosmos. Pero hay un factor muy determinante para la buena utilización del Reiki: hay que confiar en la apertura del canal energético que logramos con la Iniciación, pero asimismo hay que creer, confiar, profundizar con constancia y tiempo en la técnica, aprender a crear pensamientos puros que, unidos a nuestra voluntad interna y a la misma Energía Vital, son un arma poderosa para conseguir objetivos de espiritualidad y sanación. Y todo ello, fundirlo con una inagotable disponibilidad interna en la búsqueda de la verdad que rige nuestra existencia. Reiki es luz de vida, evolución, trascendencia, unidad del Ser, búsqueda y perfeccionamiento.
Hay que dar y recibir Reiki cuanto nos sea posible, porque en este extraordinario beneficio no solamente crecemos sino que estamos aportando paz, felicidad y amor al resto del mundo, contribuyendo para siempre en su despertar espiritual.